Con los nervios y la emoción a flor de piel, Joan Marc, uno de los grandes nombres de los 101 kilómetros de la Legión, afronta una nueva edición de esta emblemática prueba con el objetivo de volver a brillar. El atleta, afincado en Ronda y ya con cuatro victorias en su historial, asegura sentirse “preparado y con hambre de carrera” para el gran día.
“Para mí, los 101 son como un examen. Llevamos meses preparándolo con mucho cariño, cuidando todos los detalles”, comenta Marc en una entrevista concedida días antes de la prueba. Su método de entrenamiento se basa en fases bien diferenciadas: una primera de acumulación, una segunda de velocidad y una tercera específica para la carrera. Asegura haber competido poco este año para llegar fresco, tanto física como mentalmente.
Joan evita correr eventos demasiado cercanos a la cita principal para no sobrecargar su cuerpo, especialmente órganos internos como el hígado o los riñones, que “sufren aunque no se vea”. Su estrategia es clara: entrenar de forma inteligente y escuchar a su cuerpo. “He llegado a un punto en el que corro kilómetros y no me canso. Eso me dice que estoy listo”.
El atleta también destaca la importancia de la climatología en una carrera tan exigente. Este año espera temperaturas suaves, “unos 20 grados”, lo que considera ideal. “Será una de las mejores ediciones de los últimos diez años en cuanto al tiempo”.
Marc es también conocido por su cercanía con la ciudad de Ronda. Profesor en el IES Rodríguez Delgado, vivió durante años una rutina digna de admiración: corría cada día desde Ronda a Setenil para dar clases, aprovechando la falta de coche familiar como una oportunidad de entrenamiento. “Antes lo hacía por obligación, ahora por placer”, confiesa.
La vinculación emocional con la ciudad es profunda. “Mi mujer, mi suegra, mi familia son de aquí. Ronda fue el primer sitio al que vine como funcionario, y dije que quería vivir aquí sin saber que la vida me llevaría a hacerlo realidad”. Uno de sus recuerdos más especiales fue el homenaje sorpresa que le brindaron sus alumnos el año pasado. “Fue la segunda meta, quizá la mejor. Me emocionó muchísimo”.
Para Joan, los 101 kilómetros son más que una competición: “Es una carrera espectacular, una lucha personal, una fiesta del deporte no profesional. Animo a todos a disfrutarla, a tomársela a su ritmo. Si tienes dorsal, vívelo a tope”.
El próximo sábado, Joan Marc volverá a colocarse en la línea de salida con una mezcla de responsabilidad, ilusión y gratitud. Ronda ya espera, y él se siente más en casa que nunca.