Desde tiempos antes de la actual situación de la pandemia las redes sociales se han convertido en un canal cómodo, fácil y rápido de comunicarse y de dar opiniones.
Dentro de la clase política el uso de esta herramienta tiene un importante riesgo, ya que la impulsividad y la fogosidad del momento, pueden hacer que se utilicen frases o lenguajes no acordes.
Unido a esto en las redes sociales todo queda escrito y aunque se borre de manera rápida un comentario siempre se puede recuperar o hay alguien que hace una captura de pantalla.
Por eso como se dice hay que ir ‘con pies de plomo’ pensar en las opiniones que se van a ofrecer y sobre todo no dejarse llevar por el ‘calentamiento’ del momento.
Todo esto viene al caso por el cese del concejal, Juan Carlos González, como delegado de Seguridad, después de que realizara un comentario fuera de tono en redes con respecto a una reivindicación realizada por policías locales.
El comentario le ha costado el puesto y no es el primer caso ya que a otros niveles políticos hemos visto incluso a gente dimitir después de un desafortunado comentario vertido en redes sociales.
La prudencia es algo recomendable en todos los ámbitos, pero quizás aún más cuándo alguien ostenta un cargo público. Todos nos podemos equivocar y de sabios es rectificar, pero es mejor ‘contar hasta veinte’ cuándo tu opinión va tener consecuencias.
