El Ayuntamiento de Ronda rendirá homenaje este 30 de abril a cinco ejemplos del trabajo y la dedicación en la ciudad, en un acto especial que se celebrará en el Convento de Santo Domingo a partir de las 20:00 horas, como antesala del Día del Trabajo.
La alcaldesa, María de la Paz Fernández, ha anunciado que los reconocimientos este año irán para Calzados Garzón, Óptica Baca, Frasco Instalaciones y Desatoros, Viveros Gómez y Rafael Cintado, más conocido como ‘Rafalito, el frutero’, poniendo en valor su contribución al desarrollo económico y la promoción de Ronda.
Historias de esfuerzo y raíces
Calzados Garzón es sinónimo de historia viva en Ronda. Fundada en 1944 por Emilio Ruiz y Mercedes Sánchez, la zapatería ha visto pasar generaciones de rondeños y hoy sigue en manos de sus cuatro hijos. Aunque recientemente han cambiado de local, su esencia tradicional sigue intacta, ahora en calle Virgen de los Remedios, número 14.
También celebra 80 años Óptica Baca, otro pilar del comercio local, gestionado ahora por las hermanas Begoña, Macarena y Sonia Fernández-Baca. Sus abuelos trajeron a Ronda una óptica cuando en la ciudad no existía ninguna, sembrando la semilla de un negocio que hoy sigue siendo referencia de calidad y confianza.
En el sector de los servicios, Francisco Javier Guerrero ha hecho de su empresa, Frasco Instalaciones y Desatoros, una marca de confianza para los rondeños. Desde 2005, atienden urgencias de fontanería y saneamiento los 365 días del año, las 24 horas del día, consolidándose como imprescindibles en el día a día de la ciudad.
Por su parte, Antonio Gómez, alma de Viveros Gómez, representa el espíritu emprendedor que mira al futuro sin olvidar sus raíces. Desde los ochenta, primero con Cereales Gómez y después con Agrojardín, su apuesta por el sector agrícola y de jardinería ha dado fruto en un negocio que hoy también lideran sus hijos.
Finalmente, el reconocimiento al pequeño comercio tiene nombre propio: Rafael Cintado, «Rafalito, el frutero», quien desde su tienda en la barriada de San Cristóbal simboliza el esfuerzo de tantos autónomos que, a diario, sostienen la vida de barrio frente a la competencia de las grandes superficies.
Con este acto, Ronda no solo celebra el Día del Trabajo: celebra la pasión, la constancia y las historias que tejen su identidad.