La monja Sor Ángeles, de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, ha cumplido 50 años al servicio del Señor. La hermana trabaja en la Residencia de Mayores situada en la Avenida Poeta Rilke donde desempeña su labor cuidando de ancianos con poco recursos.
¿Es difícil llegar a la cifra de 50 años trabajando para los necesitados verdad?
He llegado a esta fiesta de oro a la que pensé que nunca iba a llegar, pero con la fidelidad, el amor y la ternura de Dios estoy muy feliz de poder celebrarlo.
¿Comenzó usted nada menos que el 8 de septiembre de 1971?
Llevo toda una vida entregada a los ancianos y muy feliz de servirlos porque en cada uno de ellos están los miembros dolientes de mi esposo que es Cristo.
¿Habrá tenido tiempo de conocer mucha gente en tantos años de trabajo?
Estaba reflexionando porque la comunidad me lo reconoció con un canto muy bonito y también un teatrito, todas las cosas bonitas como en familia. No tengo otra palabra que gracias rebosante. Tuvo la suerte de estar diez años en Colombia que me hubiera gustado quedarme pero los planes del Señor fueron otros y siempre he seguido la voluntad de Dios. Siento mucha alegría cuándo cumplo la voluntad de Dios.
¿Después de Colombia donde estuvo?
En España he estado en Valladolid, Barcelona, Jerez, Jaén, Cartajena y ahora en Ronda. He echado raíces en Ronda donde llevo 12 años.
¿Es aún más emotivo cumplir años en esta difícil situación verdad?
Es un testimonio de la fidelidad de Dios. Él está siempre ahí. Siempre rezo por las personas que han perdido la fe. De ahí se saca la fuerza para tirar hacia arroba con todo lo que venga. No es lo mismo sufrir con fe que sin ella.
