El Pueblos Blancos Music Festival ha vuelto a conquistar los corazones de la Serranía con una octava edición que ha superado todas las expectativas. Celebrado entre el 31 de julio y el 3 de agosto, el festival ha llenado de música, cultura y convivencia los municipios de Montejaque, Ronda, Olvera, Jimera de Líbar y Cortes de la Frontera, atrayendo a miles de personas que han disfrutado de un cartel internacional y gratuito.
Con más de 30 conciertos en escenarios naturales y plazas públicas, la propuesta musical ha ofrecido una programación abierta y diversa. Bandas y solistas de EE. UU., Mozambique, Puerto Rico, Bélgica y España han compartido espacio con artistas locales, demostrando que la música no entiende de fronteras.
La participación ha sido notable en todos los pueblos, con especial intensidad en Montejaque, convertido en punto neurálgico del festival, y en Ronda, donde el Auditorio Blas Infante vivió dos noches memorables. Las actuaciones de Donovan Keith, Débora Watson, Joaquín Carrasco, Enrique Heredia y el Adriana Marín Trío, entre otros, llenaron el espacio de música y emoción, con un entorno natural que realzó aún más la experiencia.
Además de la música, el festival ha ofrecido talleres, mercados artesanales, actividades familiares, rutas guiadas y encuentros entre músicos y público, reafirmando su carácter comunitario y participativo.
El organizador Josu Camacho subraya que «el objetivo siempre ha sido acercar la música en directo a los entornos rurales y, al mismo tiempo, mostrar la belleza de la comarca a artistas de todo el mundo».
Por su parte, Queco Roca, colaborador musical, destacó el ambiente vivido: “Ha sido impresionante ver cómo los pueblos se han volcado. La música une, emociona y deja una huella que va más allá del concierto”.
El festival cuenta con el apoyo de ayuntamientos, la Fundación Unicaja Ronda, la Diputación de Málaga, empresas locales, patrocinadores internacionales y una gran red de voluntariado.
Con esta edición, el Pueblos Blancos Music Festival no solo consolida su prestigio, sino que reafirma su compromiso con la cultura como motor de vida en el medio rural.