La Feria y Fiestas de Pedro Romero quedó inaugurada anoche con el solemne pregón pronunciado por el arquitecto rondeño Manuel Baena, en un acto en el que también tuvo lugar la tradicional imposición de medallas a la presidenta y a las Damas Goyescas. La expectación fue máxima, y el público disfrutó de un pregón cargado de lirismo, hondura y recuerdos personales que exaltaron la esencia de Ronda y de sus tradiciones.
Desde el inicio, Baena sorprendió con un discurso muy literario en el que elevó a Ronda a la categoría de mito, evocando a escritores universales y el vínculo profundo que los rondeños mantienen con su tierra. “Nos encontramos en una ciudad que, por ser ciudad con castillo, por linaje y por el idilio costumbrista del escritor Ricardo León, bien podría llamarse Alcalá de los Cegríes, pero se llama Ronda para poder ser alta y honda, rotunda, profunda, redonda y alta, como constató Juan Ramón”, expresó el pregonero.
El arquitecto hizo un recorrido por la memoria colectiva de la ciudad, recordando su propia infancia y los lugares de encuentro que forman parte del alma rondeña. Hubo referencias a bares, tabernas y obradores desaparecidos, a calles emblemáticas como Sevilla y San José, y a personajes de la tradición popular. “Mi ascendencia paterna proviene de la calle Sevilla, confluencia con San José, auténtico arrabal flamenco de Ronda en el siglo pasado. Patios de vecinos y casas encaladas donde la vida se mezclaba con el cante y la fiesta”, recordó.
El flamenco tuvo un lugar protagonista en el pregón, con menciones a Pansequito, Perrate y Curro Malla, así como a la importancia de la ciudad dentro del triángulo tartésico, cuna de buena parte de los palos flamencos. “Es altación flamenca del lugar de origen en rondas más notable todavía, sea donde sea, uno es de Ronda antes que de cualquier otro ente provincial”, proclamó, despertando la ovación del público.
Con gran sensibilidad poética, Manuel Baena dibujó también la geografía sentimental de Ronda, desde la estación de la Indiana hasta el Peñón del Mure, evocando escenas familiares y el sentir colectivo de quienes han crecido bajo la mirada del Tajo. “Tras él se pone el sol. Si tuviera que hacer un recinto ferial, lo dispondría sobre una plataforma, para sentir bajo los pies la misma sensación de firmeza que emana de un macizo rocoso, y desde allí tener acceso al cielo, a las nubes y a la brisa”.
El acto incluyó uno de los momentos más esperados y vistosos: la bajada en coches de caballos de la presidenta y las Damas Goyescas, que como cada año aportaron la elegancia y el esplendor que distinguen a estas fiestas únicas.
El pregón concluyó con un mensaje cargado de emoción y esperanza: “Y ya finalizo, deseando una feria que perdure en todos nuestros corazones. ¡Viva la Feria y Fiestas de Pedro Romero! ¡Viva Ronda!”. Con esas palabras, Manuel Baena encendió el pistoletazo de salida de unas fiestas que llenarán de tradición, arte y alegría las calles de la ciudad durante los próximos días.






