Este 13 de septiembre, la plaza de toros de Ubrique, en Cádiz, fue testigo de una emocionante novillada de feria. El evento contó con la participación de los novilleros Mario Sánchez, Martín Morilla y Nacho Candelas, en un cartel que dejó momentos memorables y trofeos en abundancia.
El primero en actuar fue el novillero local, Mario Sánchez, quien mostró poco rodaje debido a su escasa actividad en los ruedos. A pesar de su falta de soltura, consiguió cortar dos orejas en su primer novillo, aunque no tuvo la misma suerte en su segundo, que le presentó más dificultades, y solo pudo cortar un apéndice más.
Martín Morilla, más experimentado que sus compañeros, demostró mayor control en la arena, aunque su estilo no terminó de conectar del todo con el público. Sin embargo, en su primer novillo, tras una estocada que hizo guardia, el bondadoso público ubriqueño pidió las dos orejas, que fueron concedidas. En su segundo novillo, Morilla también cortaría otra oreja, cerrando una actuación destacada.
Pero el verdadero triunfador de la tarde fue Nacho Candelas, quien cortó cuatro orejas y un rabo, dejando una huella imborrable en los tendidos de Ubrique. En su primer novillo, un animal falto de fuerzas que pasó más tiempo en el suelo que en pie, Candelas supo entenderlo a la perfección, toreando a media altura y matando con una certera estocada. El público premió su labor con las dos orejas.
El clímax de la tarde llegó con el sexto novillo, cuando Nacho Candelas mostró todo su arte y valor. Lo recibió con verónicas de rodillas y, en el quite, se jugó una cornada en cada lance. Con la muleta, formó un auténtico lío en los tendidos, cada pase despertaba un estallido de «Olé» entre el público, destacando con varias series con la derecha. Tras una faena brillante, culminó con una gran estocada, lo que llevó a los graderíos a poblarse de pañuelos blancos, consiguiendo los máximos trofeos: dos orejas y el rabo.
Candelas, con su estilo lleno de garra y arte, demostró ser un torero que conecta rápidamente con el público, consolidándose como una promesa firme en el complicado mundo del toro.
La novillada dejó claro que Ubrique sigue siendo una plaza de gran afición, y que toreros como Nacho Candelas tienen el potencial de abrirse camino en el toreo.