viernes, 19 abril 2024

La cobra

“Bhujangasana”,“la cobra”, hasta “lumbares” oí de pequeño que le llamaban a este ejercicio, postura o asana.

No es lo más importante el nombre con que cada uno la conozcamos. Conocerla sí que lo es. Saber cómo hacerla, saber porqué, conocer para qué. La práctica.

Las piernas deben estar juntas. Las manos, debajo de los hombros, a la altura del pecho. Pega los codos a los costados. Apoya la frente en el suelo. Activa tus piernas como si quisieras alejar los pies de tus propias caderas, alargando. Ayúdate de las manos y de la musculatura de la espalda, espira y comienza a subir la cabeza y el tronco. Las caderas permanecen en el suelo, alargamos el cuello, no lo cierres por detrás. Los codos quedan un poco flexionados a los lados del cuerpo. Los hombros, abajo y atrás. Respira tranquilamente, fíjate en que los músculos de la cara estén relajados. No fuerces. Acepta, date cuenta de las sensaciones que te trae la postura.

 Beneficios: Se fortalecen los músculos de la espalda. Se masajea la zona del abdomen. Favorece el tránsito intestinal. Mejora la digestión. Combate los dolores irregulares de la menstruación. Regula el sistema nervioso gracias a la irrigación sanguínea que recibe la médula espinal. ¡Ojo si… estás embarazada, sales de una operación reciente, hiperlordosis, hernias o simplemente te duele especialmente la postura. ¡Asesórate! La postura contiene alternativas para todos estos casos. La postura debe integrarse en lo que hoy eres. Acepta y después, transforma.

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