viernes, 19 abril 2024
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La Serranía de Ronda respira

Respira la Serranía, y lo que es más satisfactorio, lo hace a placer. En el último día de septiembre, merced al Comité Territorial de Alertas de Salud Pública, que viene siguiendo los altibajos del virus demoledor, se ha juzgado que los pueblos serranos malagueños pueden respirar a sus anchas sin temor a los zarpazos demoledores del virus que Dios Confunda: Nivel O. Éste ha sido el dictamen formulado que no podía ser mejor recibido por los habitantes de los más de una veintena de pueblo que se alinean a lo largo y ancho de la feraz Serranía de Ronda.

Desde Algatocín al Serrato, pasando por Atajate, Benalauría, Benaoján, Cortes de la Frontera, Montejaque y Pujerra, entre otras hasta completar una lista que no podía ser mejor recibida por los habitantes serranos    Comienzan a emitirse noticias y declaraciones optimista sobre el final de esta pandemia que nos viene asolando sin contemplaciones. En estos días que ya superaron la barrera de septiembre y decimos adiós al verano hay quienes se arriesgan a profetizar que el final del lóbrego túnel por el hemos venido transitando la friolera de casi dos años, semana más, semana menos, está alcanzado su final.

Así vienen confirmándola fuentes médicas autorizadas como son las que proceden de la Organización Mundial de la Salud (OMS, para los amigos). Se apuntan aquí que si el ritmo de vacunación sigue las pautas hasta ahora vigente se podrían echar las campanas al vuelo en marzo de 2022 o inciden en afirmar que no sería desacertado dar por bueno que se podría cantar victoria de haber aplastado definitivamente antes de esa fecha,» ¡loado sea Dios»!  Al unísono, se nos avisa que lo que toca ahora es tener en cuenta los motivos por el que el malhadado enemigo se cebó en n nosotros para no tropezar dos veces con la misma piedra. Los momentos amargos vividos, presos del horror de sucumbir ante sus acometidas, es presumible que nos hará cambiar de actitud. Se imponen nuevos modelos de vida y pensarlo dos veces antes de sucumbir en costumbres y formas de vida mantenidas en épocas pasadas alegremente. ¡Se impone ahora pensar en crear una coraza a nuestro alrededor para protegernos contra cualesquiera otros indeseables enemigos que pudieran venir a socavar nuestra salud del modo que hacerlo ese ente maléfico que ahora-! ¡Dios sea loado! – lo tenemos contra las cuerdas. 

Una endocrina de prestigio, María Neira, que de este solapado y traidor enemigo común que nos zahiere y mata hasta ahora sin remisión, sabe   mucho, aclara que urge cambiar más pronto que tarde nuestras costumbres ancestrales, algo que nos llevará a no caer en el mismo pozo dos veces. Incide, con más razón que un santo, que nos urge cambiar más pronto que tarde las pautas que han primado en nuestras formas de vida para caer en los males que hoy por hoy nos asolan. O sea, que debemos evitar tropezar dos veces con la misma piedra. 

 En la Serranía rondeña se nos antoja, que visto lo visto, se puede ahora volver a respirar a placer. Lo que no es poco con los calamitosos tiempos que corren, en los que hemos permanecidos sometidos a la ponzoña de un enemigo tan invisible como mortífero dispuestos a hacernos sucumbir ante sus traidoras celadas.

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