Numerosas asociaciones, plataformas y vecinos de Ronda han presentado alegaciones en contra del proyecto para la construcción de un centro de gestión y vertedero de residuos peligrosos en La Indiana. Según la Plataforma de la Indiana para la Conservación del Entorno (PICE), la respuesta ciudadana ha sido un «contundente NO» al proyecto, que pretende instalar el vertedero en una zona de casi 4 hectáreas, a escasos metros del río Guadalevín y en un área protegida por su valor paisajístico.
“Ha habido una avalancha de alegaciones dirigidas a la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Málaga, denunciando los múltiples atropellos ambientales que supone el proyecto y la total falta de información o consultas previas hacia los vecinos más afectados”, explicó una portavoz de la plataforma.
Entre las entidades que han expresado su oposición al delegado territorial responsable, José Antonio Víquez, se encuentran:
- Plataforma de la Indiana para la Conservación del Entorno (PICE)
- Federación de Asociaciones de Vecinos de Ronda
- Silvema-Ecologistas en Acción Serranía de Ronda
- Asociación Senderista Pasos Largos
- Asociación de Vecinos La Dehesa
- Asociación Salvemos Campos y Montes de Ronda
- Asociación para la Promoción y Desarrollo de la Serranía de Ronda
Una de las principales dudas planteadas por los opositores al proyecto es por qué se ha seleccionado este sitio en concreto. “No han estudiado otras alternativas; han optado por uno de los lugares peor situados y más protegidos. Hay muchos otros sitios en Ronda más aptos y accesibles”, señaló la portavoz.
El proyecto está actualmente pendiente de dos autorizaciones clave:
- Autorización urbanística: Depende del Pleno del Ayuntamiento, que debe declarar el interés público de la actuación en suelo rústico, y ya se ha abierto un periodo de información pública al respecto.
- Autorización Ambiental Integrada: Depende de la Delegación Territorial de Sostenibilidad en Málaga, y el plazo de información pública vence hoy.
PICE, la plataforma formada específicamente para proteger La Indiana de proyectos especulativos privados, ha crecido rápidamente, contando ya con más de 160 miembros. Las entidades ciudadanas y ambientales continúan presionando para frenar lo que consideran una grave amenaza para el entorno natural de la zona.