Pablo Páez vivió en La Malagueta el día más importante de su carrera. El joven rondeño tomó la alternativa en el coso malagueño, una cita cargada de simbolismo y responsabilidad, pero la suerte de los toros no quiso acompañarle. Su lote de Murteira Grave resultó de los más complicados del encierro, sin entrega ni recorrido, lo que condicionó en exceso sus posibilidades.
Con “Caminante”, su toro de alternativa, Páez demostró disposición y valor. El astado se mostró muy parado desde la salida, dificultando tanto la lidia en banderillas como la faena de muleta. A pesar de la falta de materia prima, el rondeño intentó extraer muletazos de calidad y mostró temple en los pocos momentos que el toro le permitió. Sin embargo, el mal uso de los aceros emborronó cualquier opción de premio.
Tampoco tuvo mejor suerte con el sexto, otro ejemplar que se lo pensaba en cada cite y que levantaba la cara constantemente. Pablo Páez trató de abrir camino sobre ambos pitones, pero la condición del animal terminó por hacer imposible el lucimiento.
A pesar de ello, el nuevo matador dejó patente su valor y sus ganas de crecer en la profesión. La tarde no le permitió el triunfo soñado, pero sí evidenció que cuenta con cualidades para el futuro. Málaga presenció el nacimiento de un nuevo matador de toros rondeño, y aunque la fortuna no se alió con él, el paso dado en La Malagueta marca un antes y un después en su carrera.