En una rueda de prensa celebrada en la sede de la Federación de Asociaciones de los Barrios en la UVA, Pepi González Tornay, en representación de los padres y madres afectados por el problema del transporte escolar, ha expresado el malestar generalizado por la gestión del servicio. Acompañada por asociaciones de padres (AMPAs) y con el apoyo de la Federación de las Asociaciones en la recogida de firmas, González Tornay explicó la problemática que enfrentan cientos de familias en la ciudad debido a la falta de plazas en los autobuses escolares.
La portavoz señaló que, aunque las matrículas de los niños se realizan entre el 1 y el 10 de julio, el ayuntamiento no ofreció información sobre las inscripciones para el transporte escolar hasta septiembre. Este retraso, según González Tornay, generó una gran incertidumbre y obligó a numerosos padres a acudir a la Casa de la Juventud el pasado 2 de septiembre desde las 7:00 de la mañana, con la esperanza de conseguir una plaza en el servicio de autobús escolar. «Fue un caos. Estuve allí cinco horas y muchos padres tuvieron que pedir el día libre en el trabajo», comentó.
Lo que más preocupa a las familias es que el criterio para asignar plazas se basó en el orden de llegada, lo que provocó colas tanto presenciales como virtuales. A pesar de que el plazo de inscripción estaba abierto hasta el 11 de septiembre, González Tornay denunció que «en un solo día se repartieron las plazas». Además, destacó que solo había una funcionaria administrativa para gestionar las solicitudes, lo que aumentó la frustración entre los padres presentes.
A día de hoy, el malestar persiste ya que, a pesar de que las clases han comenzado, muchos estudiantes aún no tienen garantizado el transporte escolar. “No hay lista de admitidos, y en mi barrio, San Francisco, y otros como San Rafael, los niños siguen sin transporte”, lamentó González Tornay. También denunció la falta de seguridad en las rutas alternativas ofrecidas por el ayuntamiento, con autobuses urbanos que pueden llegar llenos, dejando a los niños en las paradas sin poder viajar.
Ante esta situación, las familias afectadas exigen soluciones inmediatas al Ayuntamiento y advierten que, si no se les da respuesta, llevarán a cabo movilizaciones. Hasta la fecha, han recogido más de 1.500 firmas para respaldar su petición de un servicio de transporte escolar seguro y eficiente.
Por último, González Tornay señaló que, aunque no se oponen a pagar por el servicio, consideran esencial que las plazas de transporte sean seguras y estén garantizadas para todos los estudiantes. A pesar de la falta de respuesta oficial por parte del Ayuntamiento, las familias mantienen su lucha y no descartan nuevas protestas si la situación no mejora.