La Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias volvió a cumplir con una de sus tradiciones más entrañables: la Concentración de Cruces de Mayo, que este sábado por la tarde celebró su trigésimo octava edición en la Plaza de los Descalzos, junto a la iglesia de Santa Cecilia.
Casi 60 niños y niñas participaron en este evento que simboliza el arraigo de las costumbres populares entre las nuevas generaciones. Las cruces, elaboradas con esmero por los pequeños, llenaron de color y devoción el entorno, en un ambiente festivo y familiar.
Antonio Ruiz, hermano mayor de la Hermandad, valoró muy positivamente la cita:
“Se está viendo que los niños están respondiendo como todos los años. Lo importante es ver a tanta gente pequeña, esa cantera que está empujando fuerte para que no se pierdan tradiciones como esta”.
Aunque al inicio del acto aún se estaban registrando participantes, la afluencia fue notable y la calidad de las cruces volvió a destacar un año más.
“Cada año se superan. Se miran en lo que se hizo el año anterior y se nota el esfuerzo y la ilusión que ponen”, añadió Ruiz.
La entrega de premios puso el broche de oro a una tarde que volvió a demostrar que el relevo generacional está asegurado, y que la devoción y las tradiciones continúan muy vivas en Ronda gracias a iniciativas como esta.