En el Centro Cívico de Padre Jesús se lleva a cabo una nueva edición de La Truequería, un evento de intercambio de ropa y objetos que ha crecido significativamente desde su primera edición en 2021. Sus responsables, Shanna y Amelie, comparten su entusiasmo por la evolución del proyecto y el impacto positivo que ha tenido en la comunidad.
Lo que comenzó como un pequeño intercambio entre amigas en una casa particular ha evolucionado hasta convertirse en un evento organizado con el respaldo del Ayuntamiento. «Nunca imaginamos que llegaría a este nivel», confiesan las organizadoras, quienes destacan que el apoyo municipal ha permitido acoger a más personas y recibir mayores donaciones.
Hasta hace poco, La Truequería se realizaba cada dos meses durante dos días. Sin embargo, en 2024 se ha optado por una dinámica distinta: una jornada mensual, pero con una organización más eficiente. Este cambio busca mejorar la experiencia de los participantes, permitiendo un flujo más ordenado de personas y asegurando que todos puedan disfrutar del evento con comodidad.
«Queremos que la gente tenga su tiempo y espacio para explorar, sin aglomeraciones», explican Shanna y Amelie. Para ello, han implementado un sistema de turnos que facilita el acceso y permite una mejor atención por parte del equipo de voluntariado.
El propósito de La Truequería sigue siendo el mismo: fomentar la reutilización, el reciclaje y la reducción del consumo desmedido. «Queremos dar una segunda vida a la ropa y cambiar la manera en que consumimos», afirman las organizadoras. El evento permite que cualquier persona pueda llevarse prendas sin necesidad de realizar un intercambio directo. Todo es gratuito y gestionado por voluntarios.
Además, el equipo ha estructurado un sistema de trabajo más organizado para las voluntarias, con formaciones y rotación de tareas para garantizar una mejor experiencia tanto para ellas como para el público.
Un modelo de consumo responsable abierto a todos
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es su carácter inclusivo. No es necesario donar para poder llevarse algo, lo que permite que personas en situación de necesidad también puedan beneficiarse. «Es un proyecto completamente altruista y solidario», recalcan sus creadoras.
Sin duda, una oportunidad para sumarse a un movimiento de consumo responsable y fortalecer la comunidad.