viernes, 29 marzo 2024
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Los abusos sexuales en la infancia desde una mirada criminológica

Unos días atrás, leíamos en este mismo periódico que una persona había sido detenida por un delito de exhibicionismo y abuso sexual contra un menor de 11 años de Chiclana, con el que contactó por redes sociales y creó cierta confianza debido a que es entrenador de fútbol. Esta no es la primera vez que este sujeto hacía este tipo de actuaciones. Unos años atrás, en nuestra ciudad, esta persona fue condenada por un acto similar estando al cargo de 47 adolescentes de entre 10-17 años. En el primer caso, la familia del prejoven de 11 años alertó a la Guardia Civil de las pretensiones del individuo hacia su hijo y afortunadamente pudieron detenerlo prontamente.

El delincuente se había ganado la confianza de su víctima de tal forma que iba llevando las conversaciones hacia temas de contenido íntimo y sexual, para más tarde coaccionar al joven diciéndole que si no seguían intercambiándose imágenes revelaría el contenido de las conversaciones y fotografías en internet.

Algunos datos conocidos son que uno de cada cinco niños ha sido víctima de abusos sexuales (Pereda y Forns, 2007). El ASI o abuso sexual en la infancia, no se trata de hechos que sean aislados o puntuales, es un problema complejo que se ha ido dando en la historia de la humanidad, en casi todas las culturas y clases sociales. Suele ser resultado de varios factores en los niveles individual, familiar, social y cultural (Losada, 2012). Estas conductas se tienden a guardar en secreto y solo un 2% de los casos se detectan de manera rápida. Pereda (2010), señala que existen diferentes problemas emocionales relacionados con el ASI, como la depresión, la ansiedad, conductas autodestructivas, problemas de pareja, personales, aislamiento social, dificultad para la crianza de los hijos…

Existe una teoría en Criminología, la del círculo de la violencia, en la que se da a entender que cuando una persona, en su infancia, sufre este tipo de maltrato, acciones o abusos, esta misma persona, cuando llegue a su adolescencia y edad adulta va a tender, en un porcentaje alto de los casos, a cometer los mismos hechos deleznables que ha sufrido años atrás.

El ciclo de la violencia se conforma en tres etapas:

  • La acumulación de tensión, en la que existe una escalada gradual de las fricciones y los conflictos de la pareja.
  • La explosión violenta, en la que se suceden ataques verbales, físicos y maltrato psicológico.
  • Reconciliación, en la que el agresor se suele arrepentir de los hechos o acciones que ha cometido y pide perdón a la persona que ha agredido agasajándola y haciéndole promesas de cambio, en el caso de una pareja.

Como resultado de esta violencia ejercida de padre a madre, de madre a padre o de padres a hijos, los niños se ven afectados en su cadena de desarrollo psicológico. Los niños más pequeños presentan niveles muy altos de angustia emocional en comparación con el resto de los niños que no sufren este tipo de agresiones.

En el caso del ASI, según la asociación para la prevención de Abusos Sexuales en la Infancia, algunas de las consecuencias que sufrirán estos niños serán:

  • Baja autoestima
  • Miedo
  • Vergüenza
  • Culpabilidad
  • Temor al sexo o hipersexualización
  • Anorexia
  • Depresión

Para evitar todo esto, la Guardia Civil nos recomienda que no captemos imágenes de contenido lesivo para nuestra propia persona, que no reenviemos fotos o textos en cadena relacionado con este ámbito y que no los almacenemos en nuestros terminales u ordenadores. Se recomiendo que no exista copia de seguridad de esas imágenes y que se tenga en cuenta que una vez se sube a la red cualquier imagen o texto, dejamos de tener control sobre lo mismos.

Por último, si se recibe algún archivo de este tipo o similar hay que recordar que es muy importante ponerlo en manos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que se hagan cargo e investiguen la procedencia de esos datos.

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