Parauta combate la despoblación que tanto afecta a los municipios pequeños de la Serranía, dando la bienvenida a nuevas familias. Este municipio de unos 170 habitantes, está acogiendo a nuevos vecinos que se quieran trasladar allí.
La primera familia que se mudó a la localidad fue la de Mario, que vivía y llevaba un bar en Cartajima. Cuando se trasladó al pueblo alquiló una vivienda y desde el Ayuntamiento le ofrecieron ayudas para que pudiese trasladar su bar allí. Poco después de instalarse se mudaron con él sus dos hijos y su mujer, y desde febrero están empadronados en la localidad.
Otra nueva familia llegó al pueblo en el mes de mayo. Luis, Silvia y su hija Ainoha, conocieron a la alcaldesa de Parauta en diciembre de 2020, cuando desde el Ayuntamiento decidieron cambiar el alumbrado navideño por regalar jamones de pata negra a sus vecinos. Desde entonces se plantearon la posibilidad de dejar su casa en Málaga para mudarse a la localidad y finalmente se decidieron.
«Estamos muy contentos porque a raíz del tema de los jamones y de las publicaciones, que parece que gustan muchísimo, la gente se está animando a venir», nos contaba la alcaldesa, Katrin Ortega.
La alcaldesa ha añadido que son bienvenidas todas las familias que quieran mudarse al pueblo, aunque tendrán prioridad las que tengan hijos para poder evitar el cierre de su colegio.
La despoblación es un problema que afecta mucho a los municipios pequeños de la Serranía. Por eso recientemente hemos visto tantas iniciativas para combatirla, como el seminario «Reto demográfico y despoblación. Nuevas oportunidades en la sociedad digital», el concurso «Tu iniciativa tiene valor» o el «cheque bebé».
