La pasada semana una turista alemana de 61 años fallecía mientras practicaba escalada en una vía ferrata del Tajo.
El turismo de aventura es algo que se ha puesto de moda en estos últimos años antes de la pandemia y diversas empresas han estado ofreciendo sus servicios en un lugar emblemático como las cornisas del Tajo.
Una cosa es practicar deporte acompañado por un profesional especializado y con material seguro y otra cosa es lanzarse a la aventura uno solo y exponerse a riesgos innecesarios.
Quizás las autoridades locales deberían controlar el acceso a estas zonas de riesgo y que solo pudieran llegar hasta ellas las empresas o profesionales que acreditaran preparación y material seguro. De esta manera se evitarían sucesos desagradables, como el ocurrido, que incluso obligaron a movilizar un helicóptero del 112 que no pudo hacer nada por salvar la vida de la turista.
Está bien el turismo de aventura y ampliar las opciones a los que nos visitan pero siempre respetando las normas y cuidando de que no se hagan barbaridades en lugares de riesgo.
