La relación de nuestra ciudad con el mundo del cine ha sido una realidad desde la época de esplendor del séptimo arte. Ronda ha constituido el escenario de rodaje perfecto por su belleza y por su enclave.
Los lazos se fortalecieron con el vínculo establecido por Orson Wells, al querer que sus restos reposaran para siempre en esta tierra, así como la proyección de películas en diferentes y privilegiados emplazamientos.
Al detenernos en los rodajes, nos encontramos con un número importante de cintas que han sido grabadas, total o parcialmente, en Ronda. Como ejemplos más destacados tenemos numerosas escenas en varias versiones de Carmen: la producción francesa de Raquel Meyer, de 1926; la de Imperio Argentina, de 1937; la de Sara Montiel, Carmen la de Ronda, de 1959; la de Plácido Domingo, de 1984 y la más reciente, la de Paz Vega, de 2003.
No podemos obviar las impresionantes escenas de Amanecer en puerta Oscura, con Paco Rabal, película que obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín en 1957; o las de Solo se vive dos veces, de 1966, con James Bond como protagonista.
A estas le siguen otras muchas producciones entre las que destaca Una chica para dos (1966), donde se reconoce el magnífico escenario natural de la Virgen de la Cabeza.
Importantes productoras audiovisuales, tanto españolas como extranjeras, han apostado por nuestros enclaves, los cuales han sido reproducidos en películas, reportajes, documentales, programas y otras producciones, incluso en la cinta de animación titulada Ferdinand, de 2017.
De igual forma, la grabación de series completa este recorrido cinematográfico y nos traslada a los años setenta con el mítico Curro Jiménez, el bandolero más famoso de la historia de la televisión, así como el rodaje de la serie Por las Rutas del Flamenco, que Televisión Española grabó entre 1984 y 1985.
Aparte de todo esto, la ciudad ha contado desde 1977 con la Bienal de Cine Científico. Un acontecimiento de enorme prestigio internacional, cuyo objetivo ha sido promover la divulgación de la ciencia con actualidad y rigor.
Hay que sumar a esto que en 1998 Ronda se convertía en la capital europea del cine, la televisión y las nuevas tecnologías multimedia, con la apertura de la Media Business School, destinada a la formación permanente de los especialistas y estudiosos de la materia. Asimismo, en 2002 tuvo lugar el Máster europeo en gestión audiovisual, dentro de la programación Ronda Audiovisual.
En cuanto a las proyecciones cinematográficas, conviene tener en cuenta que, debido a las nuevas inquietudes culturales y a la moda unida al progreso, aparecieron en nuestra localidad los primeros contactos con el cine. Estos se produjeron en el Teatro Espinel, donde el espectáculo decimonónico dio paso a las primeras películas.
En ese tiempo en el que el siglo XX empezaba a desperezarse, la novedad de este arte tuvo una gran acogida en nuestra ciudad, por lo que se fijaron lugares específicos como el Pabellón Modernista, cuya principal atracción era el aparato cinematográfico “The Imperial Bioscope”.
Después llegaron los cines como edificios con estructuras fijas, tanto para el instrumental necesario como para acomodar al público. El primero de ellos fue el Teatro Espinel, que limitó sus espectáculos únicamente al cine, con 422 butacas, sillas de palco y plateas, además de 292 entradas generales; el Tajo Cinema, en la Carrera Espinel 91-93, con 350 butacas de localidad única y el cine La Merced, que desde la década de los sesenta sobrevivió casi hasta la actualidad.
Para la época estival se demandaban lugares agradables al aire libre que permitieran disfrutar del frescor de las noches rondeñas. No hubo duda en designar la incomparable Plaza de Toros, que reunía estos requisitos y además constituía un lugar céntrico. De esto se hace partícipe el periódico local «La Democracia», que hace una crónica a mediados de julio de 1910: (…) desde hace varios días viene actuando en el circo taurino de ésta un cinematógrafo durante las primeras horas de la noche. La novedad de las películas y el sitio agradabilísimo, aparte de la baratura de la localidad, han llevado a presenciar el bonito espectáculo a mucha y distinguida concurrencia.
Esto supuso el germen de la posterior proliferación de locales. Hay que destacar que en plena época de apogeo del cine se contaba con un buen número de emplazamientos destinados a espectáculos públicos, relacionados con la proyección de películas.
De esta forma, durante la época estival, la ciudad disponía de la Plaza de Toros actuando como cine de verano, que en los años sesenta acogió el nombre de Ideal Cinema. Fue el mayor de los lugares dedicados a este fin, puesto que poseía 800 gradas y 40 butacas.
Otro de los grandes fue el Cine Cristina, en la calle Prim número 60, hoy María Cabrera, que a mediados de los cincuenta disponía de 800 butacas. También estaba el Tajo Cinema-terraza de verano, en la plaza España número 2, con 600 sillas y 280 gradas.
Le siguieron el llamado Ronda Cinema, popularmente conocido como “El Corralillo”, situado en la carrera Espinel número 46, con un aforo de 400 sillas de localidad única; el Cine Arunda, que funcionó entre los años 60 y 70 en la calle Jaén, donde hoy se encuentra el Mercado Municipal; o el Teatro Cine Infantes, que en 1948 mantenía 300 butacas.
A estos locales de verano hay que añadir el Imperial Cinema, que llevó durante varias décadas numerosos estrenos a Montecorto, anejo de Ronda en aquellos años. Este cine de verano se situaba en la Alameda del Parque y disponía de 200 sillas de entrada única.
Un numeroso público que demandaba ese acercamiento a este arte llevó a los empresarios a traer una nutrida cartelera, acompañada de importantes estrenos.
En otras ocasiones, el cine se unió a diferentes efemérides y tomaba un protagonismo clave en la vida cultural rondeña. Ejemplo de ello fueron las celebraciones del Día Universal del Ahorro donde, año tras año, se organizaron sesiones cinematográficas para niños, en los diferentes cines.
La cinefilia acompañó a Ronda en los años ochenta con el boom de los cineclubs. Existieron el cineclub El Castillo, pionero en nuestra ciudad, situado en el Centro Obrero, en calle Molino número 10 o el cineclub municipal, inaugurado en noviembre de 1984, con sede en la calle Jerez, número 19, en las instalaciones del colegio Juan de la Rosa.
A pesar de conservar sus sedes fijas, llevaban la cartelera por otras zonas de la población, habilitando colegios o locales de asociaciones vecinales para acercar el cine a los barrios y a los anejos de Montecorto, Serrato o Los Prados.
No podemos olvidar en ese recorrido al cineclub Sagrada Familia o el organizado con posterioridad desde el instituto Pérez de Guzmán.
Estas entidades organizaron una loable actividad difusora de la cultura cinematográfica, popularizando las novedades de cada temporada, al tiempo que propagando el cine entre los estudiantes con ciclos juveniles e infantiles. Además, la organización de otros grandes ciclos dedicados a autores o a países fueron una constante. Tenemos ejemplos del Certamen de Cine Campesino, organizado por el cineclub El Castillo, o de las Jornadas de Cine sobre Medio Ambiente, promovidas por el Grupo de Cine Científico y didáctico Club 21 de Ronda, ambos en los inicios de los ochenta.
Los asistentes no solo disfrutaban de la película, sino que se obsequiaba con hojas informativas sobre la cinta y la posibilidad de participar en un coloquio final.
En la actualidad la tradición del cine sobrevive con fuerza en Ronda, que continúa inspirando a artistas y cineastas, al tiempo que promueve una fuerte afición por la cultura del sonido y la imagen.