Me llama y mucho la atención la actividad que está teniendo el chiringuito que se ha montado la ministra Irene Montero. Digo chiringuito pues ustedes me dirán que con un presupuesto de 525 millones de euros para 2022 hace y deshace a su antojo.
La ministra podemita la que le han creado un ministerio a su medida, se le llena la boca al hablar y exigir la igualdad entre hombres y mujeres. Como no ella ha dado el primer ejemplo al nombrar en su equipo de colaboradores y altos cargos, ya que de los 21 contratados 18 son mujeres todas podemitas y solo tres hombres, claro del partido. Viva la igualdad, y es que estos personajes que nos gobiernan a eso de caraduras no les gana nadie.
Entre las medidas de su ministerio me quedo con la de impartir una asignatura de sexualidad a mayores de diez años. Importantísima materia de ellos y ellas y así tendrán más preparación y más oportunidades de cara a su futuro. Sin comentarios.
Otra de las actuaciones estrella, ha sido el de prohibir los piropos a las mujeres. Será bruta si eso es una parte fundamental de la manera de hacer idiosincrasia de los españoles, y está comprobado que a muchas mujeres el piropo con arte y no mal sonante es agradecido. Por mucho que le duela a la señora Irene estás se sienten alagadas. El problema seguro que a la Montero no le han dedicado un piropo en su vida, de ahí a la animadversión, y es que a las demás afortunadas les tiene una envidia que se la come.
Y la última de las propuestas que está llevando a cabo “El Instituto de las Mujeres”, organismo dependiente del ministerio de Igualdad, quiere que las empresas “persigan miradas impúdicas y comentarios sobre la apariencia sexual”, toma ya, los empresarios a partir de ahora tienen que vigilar y perseguir a estos posibles infractores y determinar los que tienen tendencia a realizar esas miradas impúdicas. A parte de los empresarios de tener que cuadrar que al final del ejercicio haya beneficios, ahora deben dedicar personal a cumplir con estos absurdos caprichos de la podemita Montero.
Lo dicho un ministerio creado por el ministerio Sánchez a la medida de Irene Montero, que su única capacidad es la de colocar a sus allegados y allegadas, y sacar adelante propuestas surrealistas que nada tienen que ver con la mejoría del bienestar de la mayoría de los españoles, solo legislan para unas minorías muy definidas y votantes del partido morado. Vaya despilfarro.