Si no se escuchan las justas reivindicaciones de los médicos, mal vamos. Si no se consiguen las urgentes medidas que reclaman un día sí y otro también perseveramos en tirar piedras contra nuestro propio tejado. Mejorar la atención primaria en Andalucía es una cuestión inaplazable y a todos nos importa y urge que se consigan sus más que justas reivindicaciones. Se pide con voz en grito y con más razón que un santo que de quienes dependa se ponga coto al deterioro que se viene sufriendo en los últimos tiempos. Importa y mucho frenar su paulatino deterioro y muchos nos jugamos en el empeños si esto no se logra más pronto que tarde.
Que se sepa, y en esto hacen hincapié los galenos que con justa insistencia vienen reivindicando un problema hondamente enquistado en el seno de la corporación, pero que ahora por mor de la pandemia que asola a la población y se agudiza in crescendo la atención a los pacientes que llegan hasta los centros de salud, no han tenido por menos que levantar la voz cuando su trabajo se ha intensificado sobremanera a causa del azote que diezma a buena parte de la población malagueña.
Reclaman medidas concretas que vengan a remediar un deterioro en la atención pública, ahora que este se ha agudizado y viene acuciando a su día a día por mor de la malhadada pandemia. Una caótica situación que no lleva visos de contención, por lo menos a corto plazo, que viene saturando consultas y exigiendo esfuerzos poco menos que sobrehumanos que les ha llevado a levantar la voz (con más razón que un santo ) para frenar el, por ahora, ineludible problema que sacude a la población y que viene reclamando sus servicios, ahora intensificados, como digo, por mor de la pandemia que no ceja en su empeño de zaherir a quienes vienen recibiendo sus devastadores ataques, y que buscan con insistencia el amparo de quienes pueden hacerles sortear el peligro que les ronda y que, en muchos casos, les abate sin remisión.
Una justa reivindicación les ha hecho elevar sus más que razonables quejas a la administración que hasta ahora ha venido haciendo oídos a sus más que reiteradas y justas protestas. Canalizadas estas en concentraciones que llevan visos de prolongarse en el tiempo, si es que las demás administraciones competentes, que hasta ahora les ha venido poniendo sordina a sus más que razonables peticiones, y no le ponen coto al flagelo bacteriano que nos asola y abate sin contemplaciones.
Coinciden los galenos, con más razón que un santo en que la protesta tome consistencia, y así lo reiteran a través del Sindicato Médico Andaluz (SMA, para los amigos) insistiendo en que la sociedad en su conjunto tome conciencia de que se enfrentan a un problema que no es nuevo, pero que ahora se intensifica sobremanera, y que puede poner sobre las cuerdas a la sanidad pública.
Algo que se ha venido poniendo negro sobre blanco y poco menos que a voz en grito, pero que no obstarte, se sigue sin que se obtenga respuesta satisfactoria de las diferentes administraciones públicas. Una situación esta que no tiene por menos que perjudicar a los médicos y, por ende y de rechazo, a quienes nos vemos obligados a acudir a sus consultas a causa del deterioro de nuestra salud.
Nos encontramos con dilaciones que no tienen por menos que encresparnos, aún a sabiendas de que no es el personal médico el culpable de las demoras que se nos imponen muy a nuestro pesar. El clamor de los médicos afectados no puede ser más justo y acertado y debería ser sea secundado desde todas las esferas de la sociedad.